sábado, enero 30, 2010

Crítica Panamá


TEATRO. La audiencia pudo disfrutar de una coproducci[on de actores de Guatemala, El Salvador y Honduras
De lo que lleva y trae la mar
"Tres viejos mares" es como un brebaje agridulce, preparado por el dramaturgo Aristides Vargas.


Rosalina Orocú Mojica

PA-DIGITAL

La puesta en escena contó con la actuación de Patricia Orantes, Omar Renderos y Edgar Valeriano. El mar es mudo testigo del encuentro de una mujer y dos hombres de la edad dorada con su pasado.

Añoranzas vienen y van. También ideologías, al igual que ansiedades, temores, ayes y otro mar de cosas. El ayer rehúsa a irse. Como la botella con una carta dentro. Botella que Piedad una y otra vez intenta infructuosamente enviar, pero que el océano le devuelve, como si le dijera "ya no me caben más historias, ni más lágrimas lloradas por una humanidad que ha hecho de mí su confidente, cómplice, testigo, basurero, refugio..."

Sí, con esa maestría suya, indiscutible, el dramaturgo Aristides Vargas, una vez más logra impactar, sorprender y llevar a reflexionar a un público que, en el Teatro Nacional, luego de ver "Tres viejos mares" salió satisfecho y aplaudió de pie un sensacional montaje, el viernes 15 de enero, en el marco del quinto encuentro de actores y actrices de Centroamérica, que culminó esta semana.

En "Tres viejos mares", Piedad, Nicasio y Marcial dejan que la puerta que comunica con la realidad y la ficción se abra de par en par para dar paso a una mezcla de llenos y vacíos que caminan lentos o corren estrepitosamente. Que sacan de su archivo de recuerdos o fruto de la imaginación y, hasta resultantes de la "locura" senil.

Y marchan, entonces ideas, sentimientos y convicciones apretujados o como islas. Unas veces con la pausa de los años que parecieran pesarles y otras con la ligereza de la edad de cuando Nicasio, Piedad y Marcial eran mozuelos.

Entre desvaríos aparentes y reales, vistiendo el ropaje de la creatividad, actores y actriz van desmadejando recuerdos, hilvanando verdades sobre la realidad de los adultos mayores, sobre c[omo llenan las horas para que los vacíos no los atormenten.

En esta magistral obra que dirige Vargas, hay verdades sobre la vida, la política, la sociedad, que gritan a todo pulmón unas veces y otras las insinúan. Hay verdades que Marcial, Nicasio y Piedad se niegan a aceptar, pero con las cuales el mar los salpica.

En "Tres viejos mares sosiego y desasosiego se alternan, como juventud y vejez, desvarío y sensatez, alegría tristeza, calma y tempestad, plenitud y carencia, en cada uno de ellos, en la sociedad, en el mar y en el mar que cada encierra dentro, cuyas tormentas a veces son m[as dif[iciles de apaciguar y causan más estragos permanentes, más duelo, m[as heridas difíciles de cicatrizar...



Nota extraída de: http://www.pa-digital.com.pa/periodico/buscador/resultado.php?story_id=879868#ixzz0eA2cPPR0
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